viernes, 24 de julio de 2015

EL MONO Y LA BRAGA INVISIBLE

Tiendo a acumular ropa, soy una especie de Diógenes en esto: 

- la de "por si adelgazo"
- la de "por si vuelve a llevarse"
- la de "¡pero si está nueva!"

Pero un día decidí que ya no podía ser. Y decidí empezar por lo básico, la ropa interior. Hice limpieza del cajón de la ropa interior y decidí que todo aquello que hacía más de un año que no usaba se iba a la basura. Esos sujes que antes rellenaba y ahora ni sujetan, esas braguitas que un día fueron blancas o tuvieron una goma ajustada y ya son loose total....Y entre ese todo inutilizado, estaban los tangas. 
Podría hacer una oda a los tangas, ese elemento de lencería que comenzó siendo un artículo de terror y sufrimiento, se convirtió en un imprescindible, y ahora es una especie de tormento abandonado al fondo del cajón. Decidido, a la basura.


Pero llega el día, generalmente al poco tiempo de la limpieza de cajones, en que todo lo que tienes no sirve para ese mono que te has comprado porque quieres ser igual de trendy que el resto y empiezas a pensar que eres lo menos oportuno que hay en la faz de la tierra. Con estas, se transparenta. Con estas otras, parece que tengas 4 culos. Las otras, de tirón constante.... Así que, nada, a la bragatienda a comprar.  Ahora es cuando confieso que las de mi avatar no son mi estilo. Pero imagino que ya os hacíais una idea....

En fin, que me voy a una de esas tiendas ideales que mi ídolo Amancio ha tenido a bien poner al alcance del público de a pie, para surtir de nuevo mi cajón. Las compras, fáciles y divertidas: un pack de 3 de colores pastel con una tira de encaje, preciosas, y una denominada "braguita invisible". Bravo, seguro que esta es la que resuelve mis problemas con ese dichoso mono. 

Llega el paquete a casa (compras online, mi mundo) y lo abro. Bárbara conmigo. Para que os hagáis una idea, os reproduzco su comentario:  "mamá, qué braguitas tan bonitas. ¿Cuándo sea mayor voy a poder usar la azul, la rosa y la gris del lacito blanco? La otra, esa color culo, no la quiero."

Jajajajajaja, así que ya veis, las braguitas invisibles podrían haberse llamando "braguitas antilujuria". Porque vaya horror....

Pero bueno, a estas alturas de mi vida, hay que hacerse a la idea y seguir. Quiero estrenar mi mono, ese taaaaaaaan ideal que (tras varios años con la idea rondando) por fin me atreví a comprarme.  El mono es muy mono, sí, pero me dio una serie de problemas

Había quedado con gente para tomar algo, así que decidí "ir de estreno". Vueltas y vueltas por Madrid, no encuentro sitio para aparcar. La ingesta de agua adecuada a las temperaturas de 40 grados y el paseo desde el parking a la cafetería no ayudan. Me lo hago, me lo hago encima. Y mientras ando los 300 metros que separan el aparcamiento de la cafetería empiezo a notarlo....la braguita es invisible, sí, pero para el resto del universo....porque la realidad es que, para mí, es un suplicio.  Unas ganas insuperables de pegar un tirón y sacar ese trozo de tela color culo de entre el mismísimo empiezan a machacarme la mente. Esto es una tortura..y encima me hago pis. ¿ Llegaré? uf.....un poquito más rápido. ¡No puede ser! ¿Pero no se suponía que esto no era un tanga? ¿Lo de invisibles es porque han desaparecido entre y entre? ¡Corre! 

Apurada, ya no aguanto más cuando consigo entrar en la cafetería, Afú, afú, "hola chicas, un beso y ahora mismo os veo que tengo que ir al baño". Mi cara de alivio cuando cierro la puerta del baño es casi de éxtasis. Pero ahí empieza lo peor....El dichoso mono es eso...¡un mono! Desabrocha por arriba, deshaz el nudo del cinturón,,,,no me aguanto, ay Dios. Un ruidito constante de algo que cae me acompaña, pero es tal mi apuro que ni me fjo. Plop, plop, plop... Lo consigo, el "momento pingüino" está aquí, y mi gesto de satisfacción por el éxito conseguido, lo mejor. Esto ha sido una contrarreloj, ni Alberto Contador habría sido tan rápido. 

Plop plop, plop...¿Qué será eso?

Listo, me dispongo a recomponer mi atuendo (braga invisible que ya odio con toda mi alma incluida) cuando lo veo...Ese plop, plop es el lavabo que gotea. El suelo estaba empapado. El bajo de mi precioso mono encharcado. El cinturón es un churro de agua que, al menos, parece limpia. 

Nada que hacer, no hay remedio. Me arreglo, escurro el cinturón, me lavo las manos, un último tirón al tormento que llevo a modo de lencería y....¡A disimular y comerse el mundo!

Así que, mis reflexiones sobre el mono y la invisibilidad:

- ¿Cómodo? Para nada.
- ¿Fresco? Por la parte que se refiere a empapado sí, por el resto, pocas veces he sudado tanto de agobio. 
- ¿Invisibles? Eso sí, porque a partir de este momento, las mencionadas braguitas pasan al fondo del cajón, hasta que dentro de otros 2 años me acuerde de hacer limpieza y tirar aquello que hace más de un año que no me pongo.




jueves, 23 de julio de 2015

Reinventarse, esa bonita idea.

Yo creía que esto de pensar iba a ser más fácil. Pensaba que, cuando el nivel de agotamiento mental estaba por encima del 200%, bajabas el ritmo, desconectabas, y ¡¡¡ale hop!!!,  las ideas acudían a ti cual fuente de inspiración loca, haciendo cola en la entrada de tu mente. 


Pues, una vez más, tengo que decir que me he equivocado. Aquí no hay ni una idea, ni una mísera pista.  ¿Será el verano? ¿Será que mis neuronas todavía están de vacaciones? Pues la verdad es que no lo sé, pero ahí sigo, sin inventarme y sin descubrirme.  Eso sí, relajada estoy a tope. Demasiado relajada, podría decirse.

Cada vez que cuento mi situación, la pregunta siguiente es "ah, ¿entonces vas a emprender?". Lo cual es una bonita manera de decir si me voy a montar algo. Bueno, sí, efectivamente, un circo. Porque llegados a este punto, 2 meses después de "la decisión", sigo más o menos igual de perdida. 

Puedo pintarlo bonito, es cierto, y sin mentir. Tengo más tiempo para pensar, para estar relajada, para disfrutar de mi familia. Por primera vez en años, voy a irme de vacaciones 4 semanas seguidas, sin volver ni un día a la oficina. No estoy como las locas intentando buscar soluciones de última hora porque me falla la canguro, o porque tengo que salir de viaje. Todo esto es verdad-verdadera. Estoy disfrutando un montón de esta etapa de "parón". 

Pero....Ese maldito pero. Ahora hace buen tiempo, los niños están de vacaciones, la piscina abierta, en unos días cambiamos de escenario. Sí, es genial. Pero ¿qué pasará en Septiembre? Cuando de nuevo estén en el colegio y empiece a llover o hacer frío, cuando a las 6 de la tarde sea de noche. Ay, omá, no lo sé. Y ese punto de incertidumbre es lo que realmente me mata. Yo, con lo caótica que soy para algunas cosas, y lo cuadriculada que me vuelvo para otras. Lo de siempre, bipolar total.

Mientras tanto, hay personas que me ayudan sin saberlo, entre ellas Nuria Perez, que parece que me esté viendo por un agujerillo y actuando como mi coach particular en este video blog.  Nuria, ¡te necesito! ( incluso más que a Ruppert el peluquero, lo cual ya son palabras mayores)


En fin, que me voy a dar unas vacaciones también mentales, de esas de no pensar en nada en absoluto y, simplemente, disfrutar. Y a la vuelta, podré decir como el anuncio "vuelve a casa, vuelve"....pero no por Navidad.



Feliz verano, nos vemos a la vuelta.


miércoles, 22 de julio de 2015

COMO CONOCI A VUESTRA MADRE-reeditado

Reedito esta entrada porque mañana, 14/09/2013 hace 11 años que nos casamos, y aunque esta historia empezó  el 22/07/2000, entre unas cosas y otras hasta aquí hemos llegado.

O a vuestro padre, en realidad.


Hacía poco que ella, y sus 10 kgs extra, acababan de regresar de Inglaterra, donde había estado unos meses impruvando su inglis.(y comiendo, evidentemente)
Y la habían invitado a una boda, la primera boda de la pandilla. Reacción, la normal en estos casos : ¡¡¡QUÉ ME PONGO!!!!, teniendo en cuenta que no le servía casi nada de su ropa anterior.

Para no romper la tradición, todo se organizó de manera que iba a ir hasta la iglesia con dos de sus amigos chicos. La tradición, porque siempre decía su padre "eres una marimacho con tacones así nunca vas a tener novio". Pero es que ella es así: se entiende muy bien, a veces mejor, con los hombres que con las mujeres.

Así que, a media tarde, se va en el coche con M y W. Los 3 son amigos desde los 14 años, porque sus familias pasan el verano en el mismo pueblo, aunque en invierno viven en ciudades diferentes. 


Los veranos eran un desahogo total, un momento casi sin reglas. La playa, salir de excursión, las primeras copas, los primeros besitos.....salir cada día de lunes a domingo llegando a las tantas a casa.

Tras la cena, en cuanto empezó la barra libre, todos arremolinados de nuevo compartiendo copas, charlas, risas y algún baile.


Ella y W hablaron largo y tendido. Tienen mucho que contarse : los dos han terminado la carrera, él se va a vivir a Valencia y ella no sabe qué va a ser de su vida. Y se mueren de risa cuando se cuentan mutuamente chorradas de sus ex. (es que no era para menos....ejem)


Todos bailan y beben- como los peces en el río- y ellos dos beben y hablan.


A las 3 de la mañana, se van a casa de M, a que M se ponga los vaqueros antes de ir a otro lado. El y ella  charlan mientras (a saber de qué) y ella se acerca al espejo en uno de  esos escasos momentos femeninos que tenía a retocarse el maquillaje, él le dice "a ver a qué sabe ese pintalabios"

Respuesta normal en persona inteligente normal, varias opciones:

a- ella se pone colorada y se acerca y que sea lo que Dios quiera. (por si lo ha entendido mal)
b- se ríe y se hace la loca.

Pues no, ella eligió la C, es decir, lanzarle la barra de labios cual pivot de baloncesto y decirle "toma, no sabe a nada, prueba"

cri cri cri cri


Pensamiento de él -contado cuando ya era EL- " esta tía me ha hecho la cobra muy bien" " cero chances".

Otros lo resumirían de otra manera.

Pero no, lo que pasa es que ella, de esas cosas, nunca se entera (enteraba, ejem). Es empanada zezual. Totalmente. Hombre, una vez le dieron un beso y como le pilló desprevenida, pidió perdón porque creyó que accidentalmente el chico se había tropezado y caído sobre su boca, con eso os digo todo.

Y se fueron a una discoteca. Allí, jiji, jaja, tonteo diverso. Bailongo, más copas y por supuesto scanner en marcha repasando al personal masculino cual terminator (comprobemos las opciones, manual del pillador regla n.3)...mientras bailaba con él (tened en cuenta que eran sólo amigos, no se tontea con amigos....¿no?)

Hasta que le tiró un copazo entero encima.¡Mierda! ¿Ahora que hago? - pensó ella- Pues nada, la ginebra se seca rápido, ¿no?
Música, bla bla, más bailongo...

Suena Sabor de Amor de Danza Invisible.
(Sí, ¡qué pasa! no se puede elegir la canción de uno. A mí me gusta, pero es un poco cursi. Al menos no pasó durante Tengo un tractor amarillo o Hay un gallego en la Luna, otros de los hits de la temporada).

Jaja,jiji, más cerquita mientras gritan cantan la canción.
Jajaja
Jijiji
Ja
Ji
EL BESO
Se convirtieron en novios 2.0, por email, porque ni siquiera había Whatsapp,  que se veían un fin de semana al mes.(y gran parte de ese tiempo, de aeropuerto en aeropuerto)



Cuando llevaban 2 anos y dos meses de novios   
virtuales se casaron.
Y casi 11 años después de esa boda (faltan dos meses), aquí están  con 3 enanos y haciendo equilibrismos para no morir en el intento de ser una familia más o menos normal.
Pero muy felices, muy unidos y muy ELLOS ahora. 
Y pasando el verano en el mismo sitio donde empezó todo.



viernes, 10 de julio de 2015

UN GRITO EN EQUIPO POR LA CONCILIACION #CONCILIA13F

Hace un par de semanas, me fui con Laura Baena a charlar sobre el Club de Malasmadres con una periodista. Empezamos hablando de cómo nació el Club, quienes lo forman, sus ideas de base, el manifiesto, la party....hay tantas cosas externas, visibles, que se pueden decir... pero en todo momento volvíamos al mismo tema: la conciliación. O, mejor dicho, la ausencia de la misma.
Aquí podéis escuchar el audio que recoge la entrevista.

Porque hay muchas cosas que  puedes hacer con el Club, cierto: te diviertes leyendo posts, te ríes conociendo gente, te vas a clases de cocina (a pesar de que no sirvan de nada en algunos casos), acudes a fiestas y te tomas algún que otro mojito...Malamadrear es eso, ¿no? Pasártelo pipa. Pues no. Y sí. Malamadrear es encontrar un espacio para ti, para poder estar agusto, ver las cosas con cierta perspectiva, poder descansar mentalmente de tus obligaciones y, así, estar más relajada y enfrentarte a tu papel estelar, el de madre, como un todo de poderes reales. No de esos de capa y rayos ultravioleta, si no llegar a casa con las pilas cargadas y siendo más tú. Por eso, malamadrear no es incompatible con ir con tu familia.  En familia fuimos la semana pasada a unas terrazas y a cenar, a la piscina y a la biblioteca. Jugamos a las cartas. Todos juntos. En equipo.

Y "todos" es la palabra clave. La conciliación, esa palabreja que casi debería borrarse de los diccionarios por irreal, no es sólo un concepto femenino. Ni siquiera de madres. La conciliación, ese equilibro al que todos debemos aspirar, es un concepto que abarca mucho más, una idea de equipo.

De equipo familiar: padres e hijos debemos buscar ese equilibrio dentro de casa, colaborando entre todos los miembros de la familia. Educando a nuestros hijos y preparándolos para el día de mañana. Dando ejemplo, que es lo más valioso que les podemos ofrecer, un buen ejemplo.

De equipo escolar: los centros educativos son campos de labranza, donde se siembra lo que nuestros hijos van a ser en el futuro. ¿Por qué buscamos colegios donde les enseñen inglés o tengan un buen programa de deportes,  pero no exigimos que uno de los pilares sea la educación para la igualdad de oportunidades? 

De equipo empresarial, porque las empresas no dejan de ser grupos, equipos de personas, con los que, a menudo, pasamos más tiempo con ellos que con nuestras propias familias. 

Porque no quiero que llegue el día en el que, de nuevo, me tenga que enfrentar a cuestiones desagradables vividas en primera persona, pero esta vez vividas por mis hijos, por no haber hecho nada.

No quiero ver a mi hija llorando porque no entiende qué ha pasado a la vuelta de su baja maternal a la empresa. No entiende que ya no la ven con los mismos ojos a pesar de que se comporta igual.
No quiero que la reducción de jornada implique una reducción de posibilidades profesionales, independientemente de sacar el mismo trabajo o más que antes en menos horas.
No quiero que a mi hijo le miren mal o le traten de calzonazos porque es él quien se queda en casa cuidando al hijo que está malo y no puede ir al colegio.
No quiero que nadie vuelva a decir que " ya sabías lo que había" porque no es verdad. No lo sabías, estudiaste, te esforzaste, trabajaste....pero aun así, parece que no es suficiente. Parece que si tu precioso culito no calienta la silla delante del jefe, no eres válida. 

Y como no quiero eso, pido cosas:
Quiero poder tener un horario más flexible, que de vez en cuando me permita trabajar desde casa, para poder compatibilizar todo lo que soy, que soy muchas cosas: madre, mujer, trabajadora, profesional. Persona.
Quiero un sistema que valore la productividad, la eficacia, la profesionalidad. Que valore el esfuerzo individual, no uno que me haga esforzarme más que a los demás porque tengo que demostrar más que los demás.
Quiero que, a la hora de la verdad, tener hijos se vea como lo que es, una continuación de la vida. No como un lastre.

Todos estos "no quiero" suponen una reivindicación. Todos estos "no quiero" no pueden quedarse en meras quejas. Por eso hablo de mis "quiero". Porque son reivindicaciones, no quejas. Porque reivindicar es exigir, pelear por todo lo que es justo. No es quejarse.

Y aquí vienen los medios: El Club de las Malasmadres puede darte voz, ser tu equipo, ese que te acompaña gritando, el altavoz y eco de tus reivindicaciones. Porque, no nos engañemos, aquí hay que gritar juntos, muy alto, si no, malamente conseguiremos cambios. 

No quiero un futuro así. Quiero cambiar cosas.

Porque un día fui una, pero desde que fui madre por primera vez, me convertí en más. No abandoné lo anterior, simplemente crecí de otra forma. Porque la persona que soy ahora es distinta de la que fui antes, y tengo más por lo que luchar.

Porque si mi primer hijo, Manu, no existiera, yo tampoco existiría tal y como soy ahora.
#CONCILIA13F



Si quieres leer el informe completo, o bajarte el archivo para poner tu propia foto y apoyar a #concilia13f, pincha aquí.

jueves, 9 de julio de 2015

DIEZ SINTOMAS DE QUE TU HIJO ESTÁ ENTRANDO EN LA ADOLESCENCIA

No creáis que me he ido a Las Bahamas, ni mucho menos . Estoy seca de ideas, pero mientras tanto he publicado en el clubdemalasmadres.com un post sobre la entrada en la adolescencia...Miga tiene mucha, así que espero que no os entre el pánico y os riáis un poco, sobre todo aquellos que os podáis ver un poco identificados.

Y recordad.....la adolescencia está ahí fuera.




¡Ay madre!, ¿cuándo ha ocurrido esto?, ¿qué estaba haciendo yo? Me siento como la madre de Tom Hanks en Big, ese momento en que él sale de la habitación convertido en adulto de aspecto pero siendo un niño por dentro al que su madre no reconoce… ZUTO. Lo siento como si hubiésemos estado jugando a cochecitos y, de pronto, sólo un minuto más tarde, me estuviese diciendo que ya sabe cómo se hacen los niños. Pero no, es que han pasado 9 años… No somos nadie.

Porque ‘el mundo bebé’ es fascinante, pero yo que ya he pasado esa etapa, que mi pequeña tiene ya 4 años, necesito ayuda y comprensión en esta nueva fase (y una par de lexatines tampoco me vendrían mal). Al final, creo que establecer unas bases es lo que debo hacer aquí, unas bases para el futuro. Y suplicar al destino, rezar o lo que cada uno quiera confiando en haberlo hecho lo mejor posible. Soy nueva en esta clase, pero parece que me han metido a machete y ahora no se puede salir. ¡¡¡Socorro!!!

Es cierto eso que nos dicen las madres (las nuestras, las buenasabuelas) de que “niños pequeños, problemas pequeños”. Lo primero que me frustra es tener que reconocerlo, pero tienen más razón que un santo. Eso sí, cada cosa en su momento. No hay que menospreciar el agobio que nos entra cuando empiezan a andar y se hacen los primeros chichones, o cuando no sabemos cómo frenar sus momentos croquetiles. ¡Jamás!

Pero el caso, es que ya estamos ahí. En la preadolescencia. Yo creía que eso no empezaba hasta los 40 (yo estoy en pleno auge), pero hay varios indicios que me pusieron en la pista de que mi hijo ya rozaba esta etapa.

Diez síntomas de que mi hijo está entrando en la adolescencia:

Podéis seguir leyendo aquí.